70. La Conspiración se Revela
El trayecto hacia mi oficina se sintió diferente después de firmar el divorcio. Las mismas calles de Madrid que había recorrido esa mañana como esposa ahora las atravesaba como una mujer libre, aunque cargaba con información que podría cambiar varias vidas.
La urgencia en la voz de Camila resonaba en mi mente. "Es mucho más complicado de lo que pensábamos," había dicho, y esas palabras me habían inquietado profundamente.
Subí en el ascensor sintiendo cómo cada piso me alejaba de la mujer que había sido. Mis tacones resonaron contra el mármol del pasillo mientras me dirigía a mi oficina, donde sabía que me esperaban respuestas que probablemente no querría escuchar.
Camila no estaba sola. Junto a ella se encontraba una mujer mayor, de unos sesenta años, con cabello gris recogido en un moño y ojos azules inteligentes. Vestía un traje sobrio que le daba aspecto de profesional experimentada.
—Lorena —dijo Camila, levantándose inmediatamente—, te presento a Carmen Vásquez. Trabajó como enfer