No sé cómo pude levantarme del asiento en el consultorio, pero en un momento dejé de escuchar al médico, su voz estaba en la lejanía y yo simplemente caminé hacia la salida en shock.
-¿Y?- escuché la voz de mi esposo que se acercaba hacia mí- ¿Qué sucede? ¿Qué te dijo?
Entré en razón y lo miré a los ojos, creo que tenía una expresión de terror porque Nicolás se veía muy preocupado.
-Carla- Me llamó tomándome del hombro- ¿Estas bien?
Miré a mi niño que jugaba en el asiento con su Teddy y sentí una angustia oscura nacer de dentro mío. No, no estaba preparada para volver a sufrir esto.
-Eh si…- dijo recobrando el habla- En realidad está todo bien- Pasé de largo y caminé delante de mi familia- Vamos que ya es tarde y mañana hay colegio- dije al aire.
Subimos al auto y Nicolás no dijo más nada, aunque sentía su mirada en mí.
-¿Y que te dijo específicamente el médico?- preguntó a mitad de camino, cuando supo que yo no hablaría.
-Que fue una intoxicación- mentí- Algo que habré comido.