- ¡Son ellos! - gritó Nicolás señalando el vehículo rojo que estaba a lo lejos en la ruta. Su mejor hombre siguió el dedo de su jefe y aceleró aún más- Que esta vez no se nos escape- exclamó nervioso.
-No señor, esta vez no va a suceder- respondió su mejor empleado pisando el acelerador a fondo- Luego tocó un botón en la pantalla del vehículo que conectaba un mensaje a todos los demás automóviles- Señores, hemos encontrado al vehículo rojo, no lo pierdan de vista y encierrenlo.
-Papi, ¿Por qué vas tan rápido? - preguntó el niño que estaba sentado en la parte trasera del viejo vehículo.
El hombre, que estaba acelerando a la máxima velocidad con peligro de fundir el motor, miraba nervioso al vehículo negro de alta gama que se acercaba cada vez más.
- ¿Papi? - volvió a preguntar el niño, comenzando a asustarse
-Porque si no, no vamos a llegar a recoger a Teddy- Respondió con los dientes apretados y el cuerpo tenso- Así que agárrate del asiento que vamos a salir de la ruta. –Apretó las