El placer había alcanzado su punto máximo y ahogando un grito de satisfacción en un beso cargado de deseo Vincent y Ángela culminaron la segunda vez de pasión compartida.
Luego de que él placer terminara y los dos permanecieran juntos en la cama, Vincent reprimió una sonrisa. Había sido realmente magnífico y había podido conocer el cuerpo de su acompañante a diferencia de la única vez que habían estado juntos. Quiso atraerla a sus brazos, pero al intentarlo se dió cuenta de que ella ya no estaba relajada, sino todo lo contrario.
-Estás temblando- Vincent la observó con preocupación
Ninguna de las veces que compartió el lecho con una mujer había temblado después de mantener relaciones.
-¿Qué fue lo que hice? Soy una estúpida, doblemente estúpida- Abrazó su cuerpo atrayendo aún más la sábana para cubrirse completa
-No, no lo eres- Intentó tocarla
-Tengo una licencia para cometer estupideces, podría dar clases para perfeccionar estúpidos- Abrió su boca indignado
-Lo deseamos y lo hici