Rebeca caminaba entre las decoraciones y los adornos, cuando escuchó la voz de Carolina y Luciano en el salón.
— ¿Realmente tienes que casarte con ella? — Preguntó la mujer.
— Firme un contrato, que debo cumplir. — afirmó el. — Tengo 10 años esperando este momento, trabajando porque todo salga bien. Bien sabes que tengo muchísimo tiempo aguardando este instante.
— Es solo que no entiendo, Lucifer. Podrías tener todas las mujeres que quieras en el mundo. Hermosas, poderosas, talentosas... ¿porque una tan sencilla?
— Porque es la que yo quiero, la que elegí y me va a acompañar por el resto de mi vida humana. Te guste o no, tendrás que respetarla tanto como a mí, y cumplir tus obligaciones, apoyándola a ella también. — Habían muchas cosas que el no podía expresarle a Carolina. Su actitud los últimos tres días demostraron el punto de Rebeca, y el evitaría a toda costa cualquier confrontamiento.
— ¿Porque no me tomas a mi? — Preguntó Car