Mundo ficciónIniciar sesiónCuarenta y ocho horas nunca habían parecido tan cortas.
La casa de campo de Nikolai se transformó en fortaleza en cuestión de horas. Aleksandr había movilizado a toda su organización: hombres llegaban en vehículos blindados, cajas de armas, sistemas de seguridad que convertirían la propiedad en un búnker.
Valeria observaba desde la ventana de su habitación mientras guardias instalaban torretas, sensores de movimiento, barreras reforzadas. Era como ver un ejército prepararse para el apocalipsis.
Y tal vez lo era.
—Tenemos tres rutas de escape —Nikolai entró sin tocar, extendiendo un mapa—. Si nos superan, usamos lo







