Mundo ficciónIniciar sesiónViktor le dio una noche. Una última noche antes de partir a Moscú.
«Cortesía profesional», lo llamó. Pero Valeria sabía que era crueldad calculada. Una noche para despedirse sabiendo que podría ser la última vez que viera a su familia.
Regresó al apartamento de Zoe, donde Dmitri la esperaba. Su hijo, ajeno a todo, sonrió cuando la vio. Esa sonrisa perfecta que hacía que todo valiera la pena.
—Hola, mi amor —lo levantó, presionándolo contra su pecho—. Mamá tiene toda la noche contigo.
Zoe había preparado cena, pero Valeria apenas podía comer. Cada bocado sabía a despedida.
—¿Necesitas algo? —preguntó Zoe—. ¿Quieres que me quede o que te dé espacio?
—Quédate. No quiero estar sola con mi







