54. La favorita de antes
Lana caminó aunque no sabía adónde.
Solo quería alejarse.
De él, de las emociones que la dominaban.
Aún podía sentir su piel entre sus manos y la suavidad de esta.
Cada paso que daba parecía insuficiente para alejarlo de su cuerpo.
Terminó en el límite del bosque.
Donde el río serpenteaba entre las piedras, oscuro y helado.
El único lugar donde podía respirar sin que él estuviera impregnado en todo.
Se agachó y metió las manos en el agua.
La corriente le quemó los dedos, la frialdad del agua tampoco podía congelar sus sentimientos... no bastaba por en su cabeza se repetía una y otra vez su voz oscura delatándolo, exhibiéndola.
¿Cómo había podido ser tan débil hasta el punto de dejarse seducir tan abiertamente por él para después ser rechazada?
—¿Buscando congelarte o solo escapar?
La voz la sobresaltó.
Caius.
Estaba apoyado en una roca, a medio vestir, con el cabello aún húmedo.
Como si hubiera sentido su huida y hubiera sabido enseguida dónde encontrarla.
—Un poco de ambas —respondió