El Maestro, o más correctamente, la conciencia del Viejo Alfa anidada en su caparazón, descendió lentamente del Altar de cuarzo, su presencia no era la de un ser vivo, sino la de una catástrofe estacionaria, la luz dorada del cuarzo ancestral, que hasta ahora había sido cegadora, pareció ser absorbida por su aura, dejando a la entidad envuelta en una penumbra de poder inmutable.
El efecto sobre la formación del equipo fue inmediato y devastador.
Ethan se tambaleó por primera vez desde que se había convertido en el Ancla, el Nivel Siete de Agonía de Aiden no solo vibraba; ahora se sentía como si miles de agujas psíquicas fueran insertadas en la médula espinal de Lía, mientras el cuerpo de Aiden era presionado contra Ethan con la fuerza de un agujero negro emocional, la Agonía Nivel Siete era el Grito Silencioso que Tiber había mencionado: el sonido de un alma Primigenia siendo forzada a la transferencia, el proceso de convertirse en un vaso vacío.
Seth activó su Escudo de Combate a máx