Cap. 89: No habrá segundas oportunidades.
Iker le revolvió el cabello, sonriendo con ternura.
—A su debido momento lo sabrás, campeón. Por ahora, lo único que importa es que estás bien.
El niño asintió, apoyando la cabeza en el pecho de Amelia.
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Los niños aún se reían del desastre con el vinagre cuando Valentina, que seguía observando desde la puerta, se acercó despacio.
Mara la miró con los ojos muy abiertos.
—¡Es ella! —susurró a su hermano—. ¡La de la foto!
—¿Qué foto? —preguntó Valentina, sorprendida.
Armando sonrió con orgullo.
—La de la app de citas.
Valentina parpadeó, confundida.
—¿Perdón?
Lisandro, que en ese momento se pasó una mano por la nuca, soltó una risa nerviosa.
—Resulta que estos pequeños genios decidieron que necesitaba una novia —explicó, intentando sonar casual—. Y armaron todo un perfil en una aplicación de citas.
Mara enseguida habló.
—Pero funcionó. Te vimos reír por primera vez en días.
Valentina lo miró con una ceja arqueada, conteniendo una sonrisa.
—Vaya, eso sí que no me lo esperaba.