Capítulo 8/Súper compañeros de piso.
Desde el espejo Frank terminaba de ponerse un traje diseñado por la firma Hugo Boss, conjuntado con una pulcra camisa blanca, zapatos italianos y como complemento un Rolex en el brazo.
Estaba listo para empezar el día, pero no podía dejar de mirar el álbum de fotos que tenía sobre la cama, y no se resistió más a echarle un vistazo.
Mirar aquellas fotografías le resultaba muy duro. Revivir el recuerdo de su infancia despertaba sentimientos que un niño nunca debió experimentar, como por ejemplo el rechazo, pero lo que llamó su atención fue el hecho de que, en cada foto suya de entre los cuatro y los siete años, Frank tenía la sensación de estar viendo a Rayan, el hijo de la sirvienta.
Frank cerró el álbum seguro de que se estaba volviendo loco. Él sabía que había cometido errores en su vida, pero hacer un niño no pudo haber sido una de ellos.
Volviendo a mirarse en el espejo, Frank se hizo un guiño, orgulloso de la imagen que veía de sí mismo, y salió de la suite con la actitud y la