Capítulo 44-Alex

Apenas salieron de mi apartamento fui a ducharme, y veinte minutos después llegó Rachel; abrí la puerta y ella, sin previo aviso, se abalanzó hacia mí, hacia mi boca. La tomé del culo y la levanté, apoyándola contra la pared sin ninguna clase de suavidad, estrechándola contra esta, mientras mantenía-mos una guerra de lenguas; ella me sacó la camisa a toda prisa, y yo su vestido a la misma velocidad, la besé bajando hasta sus pechos, metiéndome un pezón en la boca y con la otra mano acunándole el otro pecho; desabrochó mis pantalones y la llevé al sofá, recostándome sobre ella.

—Estás ebrio —observa.

—No —gruño.

Me también un poco para ayudarla a quitarme los pantalones, y me hundo en ella sin preliminares, con rudeza y sin medir mi fuerza. No estaba con ganas de hacerla sentir bien, ni hacerme sentir bien; Solo quiero sacarme la tensión de toda la m****a. Quiero sacarme a Lina de la cabeza, solo eso. Una vez que ella se corre, el tomo de la mano y el arrodillo delante de mi pene, indicándole en silencio que me lo chupara; ella así lo hace. Me succiona y saborea con su lengua, mientras yo me quedo con los ojos cerrados, imaginando a Lina arrodilla ante mí con mi pene en su boca. Empujo con fuerza hasta que mi glande toca su garganta, en un par de embestidas más me corro. Termino viniéndome en su boca.

—¡Ay, Lina! —grito, tirando la cabeza hacia atrás y todavía con los ojos cerrados.

Cuando me doy cuenta de mi error aprieto los ojos, pero creo que Rachel no escuchó, o no se dio cuenta, porque no dijo nada, solo se dedicó a acariciarme las pelotas. Cuando terminamos, me levanto y voy a ducharme, dejándola ahí, en la misma posición en la que estaba; no dije una sola palabra, ni siquiera le dediqué una mirada. No podía mirarla. Cuando salgo de la ducha pensé que se había ido, pero ella estaba caminando alrededor de la sala con una copa de vino.

—¿Quién es Lina? —cuestiona cuando me escucha acercarme.

—Nadie –contestó bruscamente, sin mirarla.

—No me digas que nadie, cuando te corriste me llamaste Lina. ¿Quién es? —vuelve a preguntar, casi exigiendo.

—Solo una mujer, nada más —No iba, ni voy a hablar de Lina con ella, ni con ninguna otra mujer.

—¿Estás enamorado de ella? —indaga con cautela.

—No —niego con la voz y con la cabeza, aunque no esté tan seguro.

—Si no estuvieras enamorado de ella, o si solo fuera una mujer nada más, como dices, no la hubieras nombrado justo en ese momento, ¿no te parece? —demanda.

—Mira, lo siento, ¿sí? Sé que estuvo mal que te llamara por otro nombre, no fue mi intención, no va a volver a pasar —le aseguro.

—Ya lo olvidé —dice con voz ronca—, no te preocupes. Quién iba a decir que Alex Betanckurt iba a estar enamorado —ahora su tono tiene una mota de brío.

—No estoy enamorado, ¿ok?

—No importa; yo voy a hacer que te olvides de ella —promete, ignorando lo que dije antes.

Empieza a acercarse a mí de nuevo, me besa, acaricia mi pecho desnudo y murmura muy cerca de mi boca.

— ¿Quieres que te ayude a olvidar?

—Sí —asiento vacilando. La verdad es que no estoy muy seguro de querer olvidarla.

Ya hace varios días que tengo una relación con Rachel, unos largos días, parece que se recuperó rápido de su divorcio; a Erik no le gusta, dice que es una arpía. Es más, no aparece cuando ella está en mi casa y trata de no cruzarla cuando va a mi oficina; siempre le pregunta a mi secretaria si estoy solo, Shara ya se dio cuenta de que lo hace por Rachel, así que ahora cuando lo ve venir, le dice "ella no está", lo sé porque sin querer la escuché hace dos días, cuando salía de la oficina y Erik se acercaba. Con respecto a mi madre, que tampoco le gusta Rachel, se mantiene al margen, lo que significa que no es una gran anfitriona y hace preguntas inadecuadas; pero ella se defiende diciendo "lo siento hijo, a nuestra edad, la gente grande tiende a hacer muchas preguntas; ya no existe la vergüenza y hasta parecemos tiernos". A mí solo me queda sonriendo por sus ocurrencias. Ian, bueno, a él todo le da lo mismo; para Ian, Rachel es un buen culo y un par de tetas, es mujer y eso cuenta para que la acepte. Mi padre solo se limitó a decir "A veces, la respuesta no es la solución y es peor que el problema... Pero recuerda: por cada acción hay una reacción". Eso fue todo, con esas dos citas, fue suficiente para hacer que mi cabeza explote cada vez que estoy solo, no sé qué reacción voy a tener por esto, a dónde voy a llegar; pero sé que no quiero seguir viviendo en el recuerdo. De todas formas, yo sé que él tiene razón, al igual que sé que mi madre y Erik también la tienen, pero pienso que debo darle una segunda oportunidad a Rachel; Creo que, con lo que pasó con su ex, ella cambió. Y a mí también tengo que darme una oportunidad, una oportunidad para poder estar con una mujer y sacarme de la cabeza a Lina; Creo que está funcionando, ya pienso menos en ella. Salvo ahora, que estoy en mi escritorio a las tres de la mañana mirando sus fotos; fotos que sigue sin saber que le saqué y que de seguro nunca lo va a saber. Nunca voy a tener la oportunidad de mostrarle lo malditamente hermosa que se ve inmortalizada. Tengo un lindo recuerdo, eso es lo que cuenta.

—¿Quién es? —escucho la voz melosa a mi espalda. M****a, me olvidé de que Rachel seguía aquí.

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