Nuestra casa no es enorme, ni mucho menos, pero tiene un segundo piso con tres habitaciones que se encuentra justo sobre el garaje doble, y en la planta baja están la sala, la cocina y el comedor. Es nuestro hogar y lo amo.
Mi mamá no ha hecho otra cosa más que asegurarse de que sobrevivamos, y siempre ha hecho un gran trabajo, ya que no me falta nada en el ámbito material. Aun así, cuando me vaya, esta casa siempre será mi hogar, incluso con todos los malos recuerdos que hay fuera de ella.
Escuché que tocaban la puerta. No estaba esperando a nadie, así que fui a ver quién era. Cuando abrí, me encontré con la alta figura de Dallas, apoyado despreocupadamente en el marco.
—Hola, ¿qué vas a hacer esta noche? —Preguntó.
Verlo me hizo recordar lo que pasó con Liam más temprano, y me molesté al instante.
—Dallas, ¿por qué le estás diciendo a la gente que soy tu chica? —Pregunté, dejándole claro que estaba molesta.
Su sonrisa desapareció.
—No le he dicho eso a nadie, solo nos han visto junt