Cole entró cargando una pequeña caja con cosas que no sabía qué eran, pero sin apartar la vista de su cargamento.
—¿Por qué me mandaron en una misión de traer un montón de porquerías al azar? —Preguntó con una sonrisa, mirando a Liam.
Liam se encogió de hombros.
—No lo sé, Hazel dijo que lo necesitaba. —Explicó, señalándola.
Los ojos de Cole siguieron la dirección de su mano hasta posarse en Hazel. Entonces, la caja cayó al suelo.
—Compañera. —Murmuró casi en un susurro.
Abrí los ojos sorprendida, mirando entre los dos.
—Hola, Cole —Respondió Hazel con toda naturalidad.
Cole caminó hacia ella y se arrodilló a su lado.
—Pedí estas cosas, específicamente de ti, porque necesitábamos tener una conversación antes de que esto… —gesticuló entre los dos—. Se revelara.
Me quedé boquiabierta, muy feliz de que se hubieran encontrado.
Cole frunció el ceño al mirar al grupo.
—¿Qué conversación? —Preguntó, claramente molesto por no haber estado incluido.
Sonreí bajando la mirada a mis ma