Capítulo 6.- Grietas en el acero.
La madrugada envolvía la ciudad en un silencio pesado. El sonido de las sirenas aún resonaba en la mente de Blair después de un turno largo y agotador. El cuerpo le pedía descanso, pero su mente estaba inquieta.
Se había convencido de que ver a ese hombre en el bar había sido una coincidencia, nada más. Sin embargo, cada vez que cerraba los ojos, volvía a ese instante: sus palabras, sus ojos grises ardiendo con una intensidad que la había desarmado.
—No, puedo creer que ese hombre haya estado en ese lugar—murmuró, encendiendo la cafetera en su pequeño apartamento—, esto no puede ser una coincidencia.
Quería desterrar esa imagen, pero el destino tenía otros planes.
El timbre sonó. Una, dos veces.
Ella frunció el ceño. A esas horas nadie solía visitarla. Se acercó con cautela mirando por el ojo mágico de la puerta y ahí estaba él. Cyrus Cross
Empapado por la lluvia, sin el porte impecable que siempre lo acompañaba, con la camisa pegada a la piel y una herida leve en la ceja.
—Ne