Capítulo 14.- El magnate desarmado.
El despacho de Cyrus Cross en la torre principal era un santuario de poder. Cristales que daban vista a toda la ciudad, muebles de madera oscura, acero y mármol, y una atmósfera que imponía respeto a cualquiera que osara cruzar la puerta, pero esa noche, mientras permanecía solo, no quedaba nada del magnate altivo que todos conocían.
La copa de whisky en su mano temblaba apenas. El fuego del alcohol ardía en su garganta, pero no lo suficiente como para apagar el fuego que Blair había dejado en su interior.
El recuerdo de sus palabras aún lo perseguía.
“Necesito que salgas de mi vida.”
Se dejó caer en el sillón, riendo sin humor. Nadie le hablaba así. Nadie lo rechazaba. Y sin embargo, cuando ella lo hacía, en lugar de enfurecerse, la deseaba aún más.
—Maldita seas, Blair—murmuró, apretando los dientes.
El sonido del ascensor lo sacó de sus pensamientos. Era tarde, nadie debía molestarlo. Se puso de pie, dispuesto a echar a quien fuera, pero cuando la puerta del despacho se abrió