Capítulo 13.- Muros de fuego.
El sol de la mañana entraba a través de las persianas iluminando con un resplandor tibio la habitación. Blair despertó con la sensación de que algo ardía en su interior. No era fiebre, no era dolor físico. Era el recuerdo vivo de lo ocurrido horas atrás.
El beso.
El calor de Curus aún estaba en sus labios, impregnado en su piel como una marca invisible. Por un instante, sonrió sin querer. Luego, al recordar lo que significaba, su gesto se borró.
—No, Blair. No puedes —murmuró para sí, sacudiendo la cabeza una y otra vez.
Giró el rostro hacia el sillón. Este se encontraba vacío, Cyrus ya no estaba allí. El corazón le dio un vuelco extraño, una mezcla de alivio y decepción a la vez.
Se obligó a incorporarse, a enfrentar el día. Pero justo cuando estaba terminando de acomodarse la bata, la puerta se abrió.
Cyrus entró con paso firme dominando el espacio que lo rodeaba, el olor de su perfume emanaba poder y él algo más, traía un café en una mano y una carpeta en la otra. El traje im