24| Día de compras.
Johan era mejor que Clarissa curando, así que él se encargó de revisar y curar el pómulo herido de Emanuel, y a pesar de la insistencia por parte del rubio para que fuera al hospital, Emanuel se negó.
— Es solo un rasguño — dijo y Johan terminó de limpiar con alcohol la herida haciéndolo dar un salto.
— Te va a quedar cicatriz, no muy grande, pero quedará — Emanuel se miró en el espejo que tenía en la mano y Clarissa vio cómo se quedó mirándose por un momento, como si le costara reconocer al hombre que tenía en frente.
— No importa — murmuró — las cicatrices son historias — luego le guiñó el ojo a Johan — además me hace más sexy — el rubio dejó todos las cosas sucias dentro del bote de la basura y se lavó las manos.
— Solo te hace ver más peleonero — luego le dio un sonoro beso en la mejilla a Clarissa y uno en la cabeza a Maxwell que trataba de no quedarse dormido en la silla en que estaba — me voy, antes de que se les ocurra otra plan suicida — salió de la cocina.
— ¿Y mi beso? — br