Leonard.
Mi madre había provocado en mí un enojo insuperable, y ahora lo peor se avecinaba. ¿Cómo era posible que viniera justo hoy? ¿Cómo pude olvidar que, de vez en cuando, se aparece por la empresa? Y lo peor: ahora había visto a Analisse. Es perfectamente capaz de darse cuenta de que contraté a una madre en alquiler … o de que todo este matrimonio es una farsa. Mi madre mas que nadie sebe que no me enrredo con mis empleados, peor si es una pobretona. Ella, sería capaz de cualquier cosa con tal de arruinarme la vida, porque ese es su plan: destruirme y quedarse con la herencia de mi padre y de mi abuelo.
¡Una completa estupidez! Una locura que no pienso permitir. Lo que es mío por derecho, debe ser mío. Maldigo la hora en que mi padre escribió ese maldito testamento, imponiendo que para recibir mi herencia tenía que tener un hijo. ¡Incluso casarme! ¿Cómo es posible que, por una herencia, haya terminado involucrando a personas inocentes en esta farsa?
Vi el rostro de Analisse. Se not