MILA
La noche que vivimos juntos sigue siendo un recuerdo vívido en mi mente, un torbellino de emociones y sensaciones que me hace sonreír cada vez que lo recuerdo. Y ahora, al mirar el monumento de hombre que tengo al lado, siento una oleada de cariño y gratitud.
Su respiración suave y constante es como una melodía que en mi estado de vigilia, mientras que yo estoy completamente despierta, sumida en mis pensamientos y recuerdos. La luz de la luna que se filtra a través de las cortinas ilumina su rostro, destacando sus rasgos fuertes y masculinos.
Me acuerdo de la forma en que me miró anoche, con una intensidad y un deseo que me hizo sentir como si estuviera flotando en una nube de éxtasis. Me acuerdo de la forma en que me tocó, con una suavidad y una pasión que me hizo sentir viva. Me acuerdo de la forma en que me hizo sentir, como si fuera la única persona en el mundo.
Como me follo, me beso y me causo múltiples orgasmos.
Y ahora, al mirar su rostro dormido, siento una oleada de amo