Capítulo 117.
Leyra caminó de manera decidida para encontrarse finalmente en la presencia del anciano Eduard.
— Necesitamos hablar tú y yo— dice ella con desdén.
— Jamás, no tengo ni la más mínima intención de formar parte de cualquier estupidez que estés planeando. — Responde el con autocontrol.
Leyra pone los ojos en blanco.
— Vamos Eduard debes olvidar viejas rencillas, ahora tenemos un enemigo en común tú y yo y tenemos que unir fuerzas.
— ¿Un enemigo en común?— dice Edward interesado levantando una ceja y recargándose en su silla de mayor comodidad y confianza— dime ¿de qué se trata?
Leyra sonríe.
— Escucha, vengo a proponerte un trato, tú tienes las reglas y autoridad sobre el pueblo tienes la confianza de cada uno de ellos y yo soy respaldada por la Diosa Luna, sin embargo si nos unimos podríamos tener el control total de…
— ¿Y que parte tiene Amadeo en todo esto? — Cuestiona el anciano.
— Ninguna— dice Leyra, — él no piensa compartir, él no quiere formar parte de nada, quiere obten