Toda la familia de Enzo estaba en la sala de espera, mientras que los padres de Gianna, solo Carlo y Bianca, esperaban a un lado mientras hablaban en susurro, muy preocupados por su hija.
Habían dejado a Rosella en casa de una hermana de Bianca, mientras esperaban que el hermano de Enzo saliera, a ver si ellos podían entrar a ver a su hija.
Pero los sollozos de Francesca, podía escucharse en el otro pasillo. Así que Alexia se acercó hacia ella con los ojos hinchados, mientras le sobó la espalda.
—Todo va a salir bien… nuestro chico es muy fuerte… ya lo conoces…
—Ha pasado mucho tiempo, y nadie sale a decir nada… —Su madre refutó.
—Es una operación complicada ma… pero tengamos fe, estoy segura de que algo están haciendo significativo para que demoren tanto…
Y Francesca estaba por decirle algo, cuando escucharon los tacones resonar, y vieron entrar a Antonella, con un rostro pétreo.
—¿Dónde está él?
Tanto Alexia como Carlo se pusieron de pie, furiosos por su presencia.
—¿Qué hace esta m