Mundo ficciónIniciar sesiónPadre Kenai me observó sin inmutarse, guardando silencio con esa paciencia desquiciante que siempre tenía. Toda mi vida había estado ahí para mí, escuchando mis quejas y mis disgustos, aguantando mis rechazos, mis faltas de respeto, mi desprecio por ser el príncipe consorte de quien creía que era mi madre, y, sobre todo, porque sabía que no era su hijo biológico. Sin embargo, se mantenía a mi lado, representando el papel de padre.
—Deja de pensar en otras cosas, hijo —dijo, poniendo una mano sobre mi hombro—. No temas, nada va a pasar. Solo deja que Sol salga de ti; verás que no le ha pasado nada y será como siempre. A partir de ahora, ella es tu esposa para toda una eternidad. Puedes quitar ese collar que le pusiste en el cuello, nadie podrá jamás marcarla porque el poder que los une es superior. Y tú no la muerdas nunca, no te hace falta.



![Lazos Malignos [Libro 2]](https://acfs1.buenovela.com/dist/src/assets/images/book/206bdffa-default_cover.png)


