6. YA SABEN QUE ESTÁS AQUÍ
SOL:
Lo observo de nuevo y creo que me estoy volviendo loca. Acabo de ver que sus ojos se pusieron rojos, creo…. Retrocedo dos pasos al ver que sus colmillos sobresalen un poco de su boca.
—¿Qué quiere decir con eso, señorita? —pregunto ahora recelosa. —¿Quién es su Sol?
Pero la chica da la espalda y se aleja ante un gesto que le hace Rijan que no se me escapa, me parece que algo desilusionada. Por mi parte comienzo a desconfiar un poco de este extraño.
—No es nada Sol, siempre le dije a ella que tenía un sol, y da la coincidencia que te llamas Sol, y ella cree que eres tú. No te preocupes, la sacaré de su error cuando regrese— explica muy amable y se sujeta de mí, atrayéndome posesivamente y ya no me está gustando, no sé por qué, me causa escalofríos su toque.
—Ah, ¿era eso? No tiene que hacerlo, señor. No es necesario —trato de alejarme de su agarre, dando un paso al lado, y al mirarlo siento como si observara algo o alguien.
Por alguna razón mi cabeza empieza a doler ante la