—Abuelo, ¡qué gusto verte! —Lo abraza de inmediato, Paula.
—Lo mismo digo mi niña, aunque ni esperaba verlos hoy, pensé que vendrían mañana.
—¿Mañana? —Observa a Hyden, que de inmediato cambia de conversación.
—¿Cómo has estado abuelo? Te he traído un regalo. —Saca de su bolsillo una pequeña caja.
—Espero y sea algo bueno, no creas que te perdonaré tan fácilmente por no haber venido antes.
—¡Ábrelo, sé que te gustará!
El viejo abre la pequeña caja y observa una moneda.
—¡Oh, Rayos! —La toma en sus manos, y camina rápidamente hacia su estudio, seguido de la pareja. Saca una lupa, y revisa el reverso de la moneda. —Es una auténtica moneda de níquel de tres patas, de la edición 1937. Como la conseguiste?
—Bueno, supongo que tuve suerte. Espero y sea de gran valor para tu colección?
—¡Claro que lo es! —Sonríe ampliamente.
—¿Tanto te gustan las monedas, abuelo? —Le pregunta Paula.
—Soy un coleccionista innato mi niña, y las monedas, no solo son un símbolo económi