Capítulo 13. Mi Mujer Misterio
Luego, Vero le dijo:
—Esperemos que se nos una Cinthia y subimos a nuestro privado, ya me cansé de bailar.
—Está bien —respondió Mariana mientras bebía un sorbo de su trago.
Justo en ese momento, mientras esperaban a Cinthia, se les acercó un mesero que, señalando discretamente a los tres caballeros que las observaban desde arriba, les dijo que aquellos hombres las habían invitado a su privado.
—Está bien, solo esperamos a nuestra amiga y subimos —contestó Vero con naturalidad.
Mariana la miró con gesto de advertencia, a lo que Vero le devolvió una mirada igual de elocuente.
El mesero se quedó a un lado, esperando a que Cinthia dejara de bailar y se les acercara. Mientras tanto, Felipe no dejaba de mirar a Mariana.
Cuando Cinthia llegó junto a ellas, preguntó casi de inmediato:
—¿Qué está pasando?
Vero, de inmediato, le comentó:
—Unos chicos nos invitaron a su mesa. Solo te estábamos esperando para subir juntas.
Cinthia respondió con una sonrisa traviesa:
—Se nos arregló la noche. Ad