Capítulo 54. Elixir de vida
Brando había caído al suelo con un estruendo tan fuerte que todos los presentes pensaron que aquel lobo ya no podría volver a ponerse en pie nuevamente y para rematar, Anastasia continuaba con su hechizo, impidiendo que sus heridas y huesos sanaran tan rápido como lo hacían los lobos estando en su forma animal.
Y aquella bruja, al verlo incapaz de levantarse, y respirando con dificultad, le dijo:
—Ahora dime, lobito, ¿estás dispuesto a seguirme y convertirte en mi compañero para ayudarte con tu dolor?
Al no recibir respuesta, añadió:
—Si lo que te preocupa es tu compañera, tranquilo, que ya tengo un plan para acabar con ella. Así que por ese lado puedes estar tranquilo y aceptar nuestro destino que es estar juntos para siempre. Como Brando seguía sin responder, le volvió a decir: Ya deberías saber que desde el momento en que te convertí en perro, tu destino quedó sellado a mí, y la única forma que tienes de sobrevivir es estando a mi lado. No sé por qué te resistes tanto a este destin