Capítulo 53. Alfa del demonio
A lo que Alfa Efrén respondió: —Déjame decirte, que justamente eso es lo que quiero: estar por encima de todas las criaturas de este mundo. Y si no hay a nadie a quien gobernar, comenzaré un mundo desde cero para que todos los seres vivos que nazcan después de mi masacre me obedezcan y me teman, ya que nacen sabiendo quien es su máximo líder.
Brando movió la cabeza de un lado a otro, incrédulo; pues aquel alfa era muy inteligente, ¿cómo era que el poder lo había cegado tanto? ¿Quién en su sano juicio acabaría con un mundo solo para ser su gobernante supremo?
Definitivamente, aquel alfa estaba loco. Si pensaba que los otros alfas y líderes de clanes permitirían que eso sucediera, estaba bien equivocado, pues en cada manada y en todos los clanes ya estaban listos para la guerra que aquel alfa provocaba. Y él, como alfa de la manada divina, no iba a permitir que ese ejército siguiera avanzando y consumiendo pueblos tras su paso; aunque tuviera que dejar su vida para detenerlo, lo haría,