Mundo ficciónIniciar sesiónRobin alza una ceja, claramente disfrutando de mi reacción. ¡Maldito sea y su sonrisa perfecta! Intento pensar en una respuesta ingeniosa.
—A veces, lo que no dices también cuenta, Ema.Me toma la cara con una mano sin dejar mi cintura. Me besa salvajemente, mientras puedo sentir su miembro en mi vientre. Me levanta por los muslos y se introduce en mí de un golpe. Gimo como loca; él no deja de embestirme, haciendo que llegue una y otra vez, en una locura, junto a él, que me dice. Y por un segundo dejo de pensar y me permito disfrutarlo. El agua caliente sigue cayendo, mientras su cuerpo y sus labios se mueven seguros contra los míos, y ese maldito cosquilleo en mi estómago parece, igual que Robin, no rendirse.—¡Ema, la edad es solo un número! ¡Un número...! —repite con vehemencia, haciendo que explote.No sé qué decir; no puedo controlar mi cuerpo. Pe






