Mi vestido es azul oscuro, así que sé que está hablando de mis mejillas y no de mi vestido. Bastardo.
Todos nos paramos alrededor de la mesa baja que ayudé a montar antes. Tiene un gran jarrón de cristal encima y ocho jarrones más pequeños llenos de arena alrededor, todos de diferentes colores.
—Queríamos mantener esta parte privada, sólo para las personas que más significaban para nosotros—, dice Law.
—La idea es verter cada uno de nuestros colores, mostrando la unión de esta familia que hemos creado para nosotros mismos—, explica Sarine. —Lo guardaremos en casa, como recordatorio de este día, y para Shawn, de cuánto amor lo rodea. Todos nos tenemos los unos a los otros para depender, pase lo que pase. Para amarnos, pase lo que pase—.
No te atrevas a mirarlos, me ordenó.
Mis ojos no me escuchan. Levantan la vista a través de mis pestañas y se dirigen a Zeky y Herson, que están frente a mí. Me devuelven la mirada. Sin sonrisas socarronas, sin arquear las cejas, y con demasiada sinceridad. Si pensaba que sus otras miradas me asustaban, estas me aterran. No sé qué significan, y temo saberlo. Trago saliva y bajo la mirada.
Sarine y Law añaden sus colores primero, añadiendo el de Shawn antes de que Chary y Jackson los siguieran. Casi creo que planearon que Herson, Zeky y yo fuéramos quienes agregáramos el nuestro al mismo tiempo. Los colores se mezclan a la perfección, y sonrío al verlos.
—Queríamos agradecerles a todos por ser parte de nuestro hermoso día—, dice Sarine. —No habría sido lo mismo sin ustedes—.
—Nada podría haberme impedido hacerlo—, respondo.
—Pero eh...—, sonríe Law. —Necesito que te lleves a Shawn ahora, Chary, porque por fin, por fin, le voy a quitar el vestido de novia a mi esposa—.
—¡Mi esposa!— Grito mientras Chary finge taparse los oídos mientras Jackson toma a Shawn de los brazos de Law.
—Mi marido actúa como si no fuera a desnudarlo primero—, responde Sarine inmediatamente.
—Podría haber jurado que te vi agarrarle el trasero durante tu primer baile—, se ríe Herson.
—Claro que sí.— Law frunce el ceño. —Así que, los queremos a todos, y buenas noches. No vengan a llamar a nuestra puerta por nada. Me da igual si el maldito resort se incendia.—
—A menos que se trate de Shawn—, añade Sarine rápidamente.
Law mira a Jackson y Chary con una mirada de acuerdo, pero dice que más le vale que sea importante. Entonces, toma a Sarine en brazos y corre por la arena a toda velocidad al instante siguiente. Y como si los sintiera acercarse, me doy la vuelta y veo a Zeky y Herson acercándose a mí.
—Bueno, tengo que volver y supervisar la limpieza—, me apresuro a decir.
—Nos vemos mañana en la piscina—, saluda Chary.
No miro por encima del hombro mientras camino de vuelta al pasillo. No necesito hacerlo para saber que me tienen vigilados. Al llegar a la cocina, Heather me dice que intentó llamarme para avisarme que todo iba bien, pero solo me saltó el contestador. Miro mi teléfono y veo que se quedó sin batería en algún momento mientras estaba en la playa. Pero aun así me quedo un rato, dándoles a Zeky y Herson tiempo de sobra para llegar a sus habitaciones y sin posibilidad de encontrarme con ellos esta noche. Solo quiero sentarme lo más lejos posible de ellos a la hora del almuerzo junto a la piscina mañana y volar a casa. Sarine y Law van en jet privado a su luna de miel, así que al menos no tendré que preocuparme por eso otra vez.
Cuarenta y cinco minutos después, agarro mi bolso antes de agradecerles a todos por su esfuerzo y despedirme de Heather. Subo al duodécimo piso, echando la cabeza hacia atrás, más que lista para quitarme estos tacones y este vestido. Lista para quitarme todas y cada una de las horquillas del pelo y soltarlo de este moño demasiado apretado. Lista para alejarme un rato de una habitación llena de la energía loca que desprenden Zeky y Herson, que me hace estar pendiente de ellos en todo momento.
Las puertas del ascensor se abren y mis tacones hacen un ruido sordo con cada paso por el pasillo. Llego a mi habitación y me niego a mirar hacia la puerta, como si estuvieran mirando por la mirilla en ese preciso instante para pillarme mirándolos. Sin embargo, puedo oírlos mientras busco la tarjeta de la habitación en mi bolso. Herson le dice a Zeky que deje la tele en el canal que está viendo. Zeky le responde que se vaya a la m****a porque no está viendo un programa sobre familias desastrosas toda la noche. Niego con la cabeza mientras miro mi bolso, ya que no he podido encontrar la tarjeta con solo la mano.
No hay mucho en mi bolso: mi teléfono sin batería, mi lápiz labial y mi billetera delgada. Así que no tardo mucho en darme cuenta de que la tarjeta de mi habitación no está.
—No, no, no, no—, murmuro una y otra vez mientras busco de nuevo en mi bolso, sabiendo que la tarjeta no está allí.
Incluso abro la cartera, sabiendo que no puse la tarjeta de mi habitación. Y, ¡sorpresa!, ¡ni siquiera está! Acerco la frente a la puerta.
—Tiene que estar bromeando—, digo mientras cierro los ojos.
Repaso mis opciones y enseguida me doy cuenta de que son muy limitadas. Con mi teléfono sin batería, tendré que ir a la habitación de alguien para usar su teléfono y llamar a recepción, o volver al vestíbulo. La habitación de Sarine y Law está totalmente descartada. Chary y Jackson tienen a Shawn, y no quiero arriesgarme a despertarlo si está durmiendo ni a interrumpirlos. Eso solo deja...
Abro los ojos y giro la cabeza para mirar por encima del hombro hacia la puerta.
—De ninguna manera.—
Empiezo a caminar de vuelta por el pasillo hacia el ascensor. Un rápido viaje al vestíbulo me lleva a la recepción, explicándoles la situación.
No hay problema. ¿Tienes identificación? Podemos comparar tu nombre con el de tu habitación y conseguirte una tarjeta de reemplazo.
Dejo escapar un suspiro de alivio y saco mi billetera.
—¿Número de habitación?—, me pregunta mientras me quita mi identificación.
—1210.—
Él mira de un lado a otro entre mi identificación y la pantalla.
—Um, dice que la habitación está registrada con un nombre diferente—.
—¿Qué?— exclamo.
—¿Estás segura de que ese es el número de habitación correcto?—
—Claro que estoy seg...— Entonces lo entiendo. —La habitación está a nombre de Law—, murmuro más para mí que para él. —Está a nombre de Lawson Kane, ¿verdad?—
—Lo siento, no puedo darte esa información.—