William O'Rayan, un joven empresario multimillonario dueño de la principal compañía de videojuegos, prefiere vivir en anonimato hasta que el destino le juega una mala jugada y conoce a tres diferentes chicos que hará darle un enorme giro a su vida, haciendo que dude hasta de si mismo mientras mantiene una lucha interna por comprender que le ha hecho.
Ler maisMi nombre de nacimiento es William O'Ryan, pero hace algunos años decidi ser simplemente ser conocido como "El Errante", se que les sonará extraño puesto que es un simple seudonimo, pero si conocieran mi vida entenderían todo.
Desde niño mis padres, un hombre que toda su vida a ser director de uno de los bancos principales del país, mientras que mi madre una mujer que solo se casó con mi padre por interes económico, siempre vivio gastando a mas no poder en casinos y bares nocturnos. Ante la sociedad ambos eran el matrimonio perfecto, tras la puerta todo acababa, nunca se dirigian la palabra, mi hermana mayor Rachel y yo siempre vivimos olvidados por ellos, a ella la enviaron a un colegio para señoritas en Londres, mientras que a mi me continuaban enviado a un Instituto privada de la ciudad.
Durante mi solitaria niñez me enfoque en las clases de informatica que impartian en el Instituto, tras mucho insistir con mis padres me pagaron un curso privado para enfocarme en esa área ya que era lo único que me interesaba, aceptaron con el fín de que los dejara de molesar, así que apartir de ahí aprendí a programar software, editar, crear páginas web, armar y desarmar cualquier computador. Conforme fui creciendo fui aceptado en Harvart, durante mi carrera cree mi pripio prototipo de equipos de computo haciendo yo mismo el software para entrar a un concurso que dirigía la universidad. El premio consistió en que diferentes patrocinadores apoyarían el proyecto ganador, y como es evidente gané yo.
Y bueno el resto es historia, participé, gané, tuve buen apoyo de empresarios con los que mas adelante me asocie para crear mi empresa donde seguí innovando todos mis equipos, ante todo el software que es lo que me apasiona, poco a poco me fui desprendiendo de mis padres teniendo mi prospera industria que me ha vuelto millonario en pocos años, viviendo en mi departamento en el penhouse del edificio mas lujoso de New York.
Después de no tener noticias de mis padres vi por los titulares de periódicos que hubo un desplome de un avión que me llamo la atención, el nombre de mis padres estaban impresos entre la lista de las victimas que habían fallecido, por increible que paresca no sentí dolor alguno. A las pocas horas recibí la llamada de Robert, el fiel mayordomo de mi padre confirmandome su muerte, dandome las condolencias para terminar ordenandole que se encargara de todo. Durante el funeral tuve que mantener mi postura a la fuerza de su hijo junto con mi hermana quien regresó de Europa para el sepelio.
Desde entonces me mude de nuevo a la casa donde crecí, o al menos en lo que asimilo todo lo que ha ocurrido y tome una desición…
Había encontrado de nuevo a Will, esta vez él no se percató de mi presencia por lo que al ver las intenciones de Sabine salí corriendo del lugar intentando no hacer ruido con la puerta, recorrí el largo pasillo hasta llegar al ascensor donde al igual que yo abordaron un par de personas ancianas que irían a un piso más arriba, me dio pena llevarlas conmigo a la planta baja y luego que subieran, así que opte por dejar que llegaran a su destino primero, yo no llevaba rumbo fijo lo único que buscaba era alejarme de aquella incomodidad que estaba pasando en el departamento. Al salir los ancianos del lugar oprimí el botón hacia planta baja, para mi mala suerte no sé qué ocurrió, pero el elevador me llevo al último piso del edificio donde no se veía como los demás pisos, solamente se veía el acceso a la azotea, una sensación de estar sola me inundó, así que era el lugar perfecto. Me siento usada, no puedo volver, tengo que terminar con todo esto, William nunca va a cambiar na
Salimos de aquella oficina, Marion había alcanzado a Rachel quien hervida de coraje, mientras que yo trataba de no caerme por culpa del peso de aquella caja. Al llegar al ascensor tuvimos la suerte de ir a solas, por los que Rachel se desahogó con Marion, comenzó a contarle lo humillante que fue para ella aquella vez en un restaurante que ha sido nombrado como el nuevo 5 estrellas Michelin. Marion intentó animarla un poco, pero su llanto apareció dejando un poco corrido su maquillaje. - ¡Lo sentimos René !, tenemos que ir al tocador para que trate de tranquilizarse Rach - dice Marion tomando de un brazo a su amiga. - No sé preocupen, entiendo - digo sin más mientras sigo peleando en no tirar la caja. - Vamos a llegar al tocador del piso 16, dónde está mi oficina, ha y René , te pido de favor que le entregues a William y te asegures de que empiece a trabajar en ello hoy mismo - me ordena Marion señalando la caja. - Por supuesto - le respondo. - Puedes pedir un taxi en la recepc
Limpié lo más rápido que pude, espero no baje Will, me repetía una y otra vez en mi cabeza, cuando deje todo reluciente, me dedique a buscar algo para comer, en estos días no han traído el supermercado, saque lo poco que encontré. Como pude termine de cocinar un par de huevos con un poco de tocino, una manzana algo pasada y un zumo de naranja que estaba abierto desde hace días. Comencé acomodando todo en una charola para subirlo a mi habitación, cuando escuché que tocaban la puerta, deje todo en la barra de la cocina, tenía que abrir, ese es mi trabajo aún. Apenas si me acerqué a la sala, vi como Will se pasó de largo abriendo aquella puerta, ágilmente me oculté regresando a la cocina de donde no pude escuchar bien, solo que al abrir la puerta distinguí una voz de un hombre con quien el CEO hablaba. A los pocos segundos cerró la puerta para seguir de largo hacia las escaleras, después de que paso me asome un poco y pude ver como cargaba una caja de gran tamaño que por poco y no
-¿No piensas responder?- No me atrevo a girar a verle. Pasan unos segundos en los que me mantengo en mi lugar sin poderme mover, mientras que Will se escucha como se va acercando. -I¿Acaso ahora ya eres sordo?!, ¡Te hice una pregunta!- gruñe furioso. Me levanté del piso lentamente, me giré hacia el cabizbaja, algo dentro de mi duele -lo-lo siento CEO-digo en un hilo. - ¡Genia, que faltaba!, ¡Ahora resulta que eres un busca pleitos!- grita haciendo que retumben sus palabras en mi mente - Más vale que te mantengas al margen, por mi esta noche estarías en la calle para seguir peleando, date de suerte que no estoy de ánimos para aguantar a Rachel - dice mientras se regresa a la cocina. -L-lo siento CEO... - le respondí con un hilo de voz. Con la mente en blanco tomé los materiales de curación, subí a mi habitación donde mejor tomé una ducha con un enjambre de pensamientos en mi cabeza. Cuando sali continué curando mis heridas frente al espejo del baño, veo mi reflejo sin poder re
-Lo, lo siento CEO, es solo que… - parezco que soy retrasada mientras trato de explicar mi estúpida idea de averiguar si él estaba aquí. "Por dios Rene, Era obvio que estaría aquí" Permanecí unos segundos tratando de recordar cómo es que termine frente a su puerta. Habla escuchado los gritos del CEO hacia Rachel, después escuché cómo llegó Marion justo cuando estaba vistiéndome, para mi mala fortuna tuve que volver a vestirme con la misma ropa de ayer, me urge ver a Caty. Escuché como comenzaron a discutir, no comprendí nada de lo que decían, solo unos golpes y lamentos. Estúpidamente decidí salir de mi nueva habitación, mis pensamientos me traicionaron, por un lado, pensé que se había ido a la oficina, por otro que se lastimó de alguna manera, puesto que se escucharon un par de sollozos de dolor, aunque también... pudiera ser que que estuviera con alguien haciendo… Fue más mi inquietud que terminé caminando hasta su puerta nada convencida, estaba todo en silencio, creí que
Colgué el teléfono gritándole a Sabine que la esperaría esa tarde, espero aguantar hasta esa hora Arroje el móvil sobre la cama maldiciendo una y mil veces lo que acababa de hacer, ¡Te estas volviendo loco William! Me acerque al computador para borrar mi nueva creación, hasta que... - ¡Buenos días "Corazón"!... - esa voz tan chillona que me aturde.- ¡Qué diablos haces aquí Rachell-me gire para gritarle tratando de ocultar la pantalla,- Pero hermanito, ¿No te alegras de verme?- dice haciendo una mueca de tristeza. - ¡No!, ¡Largo de aquí!, y... ¡No me vuelvas a llamar "Corazón"!-le gritó furioso, intenté llevar una de mi mano tras de mí para alcanzar el monitor y tratar de apagarlo.- ¡Vamos hermanito!, vine a ver como habían pasado la noche René y tu- dice mientras se va sentando sobre mi cama. - ¡Qué me importa ese tipo!, y no digas cosas con doble sentido - le gritó furioso mientras mi mano continúa buscando el apagador.-¿Doble sentido?, ¿No comprendo?- dice sin comprender.-
Último capítulo