Grecia asintió soltando la mano de su papá. “Pronto vendré a verte”. Le dio un beso en la mejilla y salió de la habitación.Ella caminó directo a la salida, Eduardo la esperaba y al encontrarse con ella le informó. “Iré al draft de los centuriones”.Grecia lo observó un minuto. “Que tengas suerte”.Antes de que Eduardo hablará, su madre mencionó. “Claro que Eduardo entrará, es el mejor, dedicado y con un gran futuro, eso tengo lo por seguro”.Grecia giró a ver a la mujer, siempre estaba a la defensiva provocando que ella y su hermanastro no tuvieran una buena relación.Sin ganas de discutir, ella se despidió y salió de la casa. La mujer junto a la puerta bufó. “Esa chica ha sido un problema durante años y una mala influencia para ti, no hables con ella”.Eduardo hizo una línea de su boca y se fue a su habitación sin querer discutir con su madre. Desde que tenía memoria su madre siempre decía palabras ofensivas hacia Grecia.Días después…Doris llegó al dormitorio de Grecia muy feliz,
Grecia escuchó sonar su teléfono, lo rebuscó entre la cama mientras despertaba, era Emanuel. Pero al ver la hora se levantó de un salto sin contestar.“¡Demonios!”. Maldijo al darse cuenta que llegaría tarde al trabajo, anoche no podía dormir recordando el beso de Emanuel.Dio un salto de la cama, se lavó y vistió rápidamente, tomó su mochila con sus cosas y salió. Al llegar a la salida saludo al portero y en el momento que miro a lo lejos, se encontró con Emanuel de pie cerca de su auto.Ella se quedó inmóvil en su lugar sin quitar su mirada de él, en su interior se preguntaba a sí misma. “¿Estaba esperándola?”.Emanuel fijó su mirada en ella mostrándole una sonrisa. Caminó hacia ella. “Hola”. El prestó atención de reojo al portero y solo le sonrió ayudándola subir al auto. A pesar de que deseaba besarla, conocía las reglas de los dormitorios y no quería meter a Grecia en problemas.Grecia estaba reacia a entrar al carro, miraba a todos lados, había pocos alumnos, no quería que los
Emanuel colgó el teléfono frustrado, su padre estaba muy insistente en que tenía muchas obligaciones. Giro observando como Doris se despedía de lejos, al terminar de hablar colgó el teléfono regresando al lado de Grecia. “Te llevaré a un lugar”.Salieron del restaurante, Grecia estaba inquieta. “¿A dónde vamos?”. Emanuel de repente estaba muy serio. El solo la miro un momento diciendo. “Te va a gustar”. Condujeron por la ciudad hasta las afueras y subieron un camino largo de piedra llegando a un mirador. Grecia salió del auto observando toda la ciudad. “¡Es increíble!”. Exclamó.Emanuel puso el brazo en sus hombros dándole un pequeño beso en la mejilla. “Es mi lugar favorito”.Grecia sonreía mientras Emanuel la abrazaba miraban juntos como el sol se escondía y poco a poco la noche llegaba, en momentos conversaban de trivialidades mientras oscurecía.Ya era un poco tarde, ambos estaban recargados mirando las luces de la ciudad, Grecia levantó su mirada hacia Emanuel que estaba absortó
El abuelo al escuchar los gritos bajó por las escaleras. Ya era un hombre muy mayor, su movimiento era despacio apoyado a su bastón. Emanuel al verlo lo saludo respetuosamente. “Abuelo”.El abuelo de Emanuel entrecerró los ojos. “¿Qué pasa aquí? ¿Por qué tantos gritos?”.El señor Gustavo frustrado le explicó. “Tu nieto que se la pasa jugando en la calle con mujeres, deja la empresa y no le dedica el tiempo necesario”.El hombre de la tercera edad entrecerró los ojos mirando a Emanuel. “¿Es cierto lo que dice tu padre?”.Emanuel negó. “No estoy jugando con mujeres, salgo con alguien abuelo”. Trató de dejar clara toda la situación. “No entiendo cuál es el problema, deje la música como querían y me dedique a administración, estoy trabajando en la escuela y completo el horario laboral, no hay quejas de mí, ¿Porque no puedo salir con alguien?”.El señor Gustavo caminaba de un lado a otro del salón, su voz llena de enojo retumbaba en las paredes.“¡Es tu obligación con esta familia traer a
Diez de la mañana, Suite del Hotel Victoria al Norte de México…Una mujer abrió poco a poco los ojos tratando de ajustarse a la luz que entraba por la ventana, ella parpadeó varias veces, tenía un fuerte dolor de cabeza, un sabor amargo en su boca y los labios resecos, al sentarse notó que no llevaba ropa, giró su mirada hacia el otro lado de la cama, tratando de recordar qué había sucedido, fue cuando se encontró un hombre dormido boca abajo desnudo.Ella se asustó en el momento, empezó a hiperventilar, busco su ropa por el lugar, pero no había nada, ni siquiera la del hombre.El hombre empezó a moverse, tenía el mismo estado que la mujer, trató de incorporarse apretando su cabeza. Con los ojos entrecerrados observó a la mujer a su lado. “¿Qué...?” Desorientado la reconoció, pero no el lugar.Ella se levantó cubriéndose con una de las sábanas. Estaba a punto de hablar con el hombre en la cama sin embargo no tuvo oportunidad, la puerta se abrió, un joven estaba de pie mirándolos. Ca
Las chicas en la cancha estaban concentradas en cada paso, en las cargadas y las indicaciones que gritaba la capitana.Ambos equipos tenían entrenamientos fuertes, también llevaban rigurosas dietas y muchas reglas, sin embargo, para las mujeres que pertenecían al equipo todavía era más duro, se necesitaba demasiado temple, fuerza, fortaleza y convicción, las aspirantes se preparaban muchos años antes, desde pequeñas debían tener las mejores calificaciones y un comportamiento adecuado para poder ser alumna de la universidad. Cuando eran aceptadas empezaban entrenamientos largos y cansados, donde llevaban clases extracurriculares, baile, ballet, canto, gimnasia entre otras disciplinas antes de querer ser parte o convertirse en una estrella de los Centuriones.Ya listas se inscriben en la audición de cada año, se hacían filas muy largas para poder tener la oportunidad de presentarte ante los encargados del equipo, desde la entrenadora, capitana, médicos especializados, los altos mandos
Jenni se asustó un poco por la reacción de su entrenadora. Grecia trató de calmar a su amiga y pensó un poco preguntando. “¿Es alguien de la universidad?”.Jenni afirmó.Indagando más siguió. “¿Es alguien del equipo?”. Esperaba una respuesta negativa, pero Jenni volvió a afirmar.Doris no podía creerlo. “Jenni ¿¡Cómo pudiste?! Se sabe que con los jugadores no se puede salir, está prohibido, firmaste un contrato”.Jenni sollozó. “Lo sé… Lo sé… Nos encontramos en una fiesta, hablamos y es muy guapo, yo solo… me enamore...”Doris se dejó caer en la silla. “¿Cómo se llama? ¿Quién es?”. Quería saber cuál de todos los idiotas la había engañado, a leguas se notaba que la chica era muy ingenua y fácil de engañar.Jenni lo pensó por unos segundos, pero bajó tímidamente su rostro.Suspirando largo Grecia con la mirada le pidió a Doris que se tranquilizara. “Ve a descansar, hablaremos con más calma mañana”.La chica salió de la oficina con pésimo ánimo.Doris estacionó el auto en el edificio don
Doris escuchó a su amiga, pero no podía creerlo. “¿Qué?”.Grecia siguió. “No es todo. Quiere que vivamos juntos… Me pidió que nos casemos”. Ella dijo eso último mostrando el anillo en su dedo.Inmediatamente Doris tomó la mano examinando el anillo. “¡Es muy bonito!”. Miró a su amiga. “¿Porque no estas feliz?” La interrogó. “¿No lo amas?”.Grecia suspiro largo. “No es eso… solo que me hubiera gustado que hablara conmigo primero… Nuestra relación era perfecta, él iba y venía, yo lo visitaba, estábamos bien”.“Han estado juntos bastante tiempo, Noa debe querer algo más serio, de verdad te ama Grecia”. Doris le recordó.Grecia sonrió pensativa. “Lo sé... Es solo que… Todo ha sido una gran noticia, es difícil de procesar”.Doris se levantó de su asiento. “Vamos a entrenar, te ayudará a despejarte, las chicas ya deben estar en el campo”.Grecia aceptó, levantándose, cuando iban por el pasillo, uno de los empleados la llamó desde lejos. “Señorita Medina, el señor Alarcón quiere verla en su o