Yo también te amo Adriano.
La señora De Luca, se aseguró de que Fernanda saliera con Alexandro, ambos iban sonrientes y felices. Esa ayuda les había venido demasiado bien. Aunque sabían que no todo estaba dicho.
— Que tengas buenas noches Sergey, iré a descansar a mi habitación, ah, y le pondré pasador a la puerta. — Ella lo había dejado claro. No aceptaría a su esposo en su cama esa noche. Los poderosos hombres la vieron retirarse, ella se veía bastante molesta.
— ¿Lo ves Adriano? Si no fueras tan intenso y tan controlador, esto no habría pasado, es que solamente tenías que decir que si, ahhh pero no, siempre te quieres salir con la tuya.
— ¿Me reclamas a mí después de lo que ustedes hicieron? ¡No tenían que venir a convencerme de permitir salir a Fernanda con Alexandro. Mucho menos tú que sabías que no iba a aceptar!
— No puedes detener el mundo, ellos ya se han gustado, y la verdad pienso que lo de ellos va a florecer. Así que ve haciéndote a la idea de que uno de mis trillizos va a ser tu yerno.