La pelirroja no dejaba de hablar en todo el camino, le contaba a Rafael los vestidos que había descargado porque a las chicas no les habían gustado. — ¿Por qué no me respondes Rafael? Parece que vengo hablando sola. — Emma venía recargada completamente en el asiento, no podía enderezarse. —¿Y todavía lo preguntas? ¡Te pusiste a beber y te olvidaste de que estás embarazada, eso le puede perjudicar al bebé, estoy tan molesto contigo, solo espero que no pase a mayores! De pronto la linda pelirroja comenzó a sollozar, el CEO le había gritado y además tenía razón en estar molesto. — Lo siento... No debí beber, no quiero que le pase nada a mi hijo, te juro que no lo volveré a hacer. ¿Me perdonas? Al hombre no le gustaba ver llorar a su mujer, Pero está vez había excedido los límites, él no contestó nada, y Emma siguió llorando. Apenas llegaron, el médico también lo hizo y después de revisarle sugirió canalizarla. — Señor Mendoza, le colocaremos un suero a la paciente, eso
UN MES DESPUES. Esa tarde Emma tenía la cita con el ginecólogo, le harían un ultrasonido y la chequearían para asegurarse de que todo fuera bien con su embarazo. El chófer la había llevado a la compañía, ahí el CEO la esperaba, él estaba ocupado todavía en una reunión, así que ella fué directamente a su oficina. — Señorita De León, que gusto de verla. — Rogelio entraba para llevar un contrato que se le había quedado en el escritorio. — Lo mismo digo Rogelio, me da gusto verte, ¿Le falta mucho a la junta todavía? — No demasiado, por cierto, felicidades por el bebé. Fué toda una sorpresa la noticia. — Gracias, Rafael y yo estamos muy felices, solo que... Hay algo que me tiene preocupada pero no sé lo he dicho aún. — ¿Qué pasa? Si puedo ayudar lo haré con gusto. — Bueno... Es solo que siento que me está creciendo muy rápido el vientre, tengo miedo de que sea algo malo. — Debería de decirle al CEO, a él no le gusta que le ocultes nada, además el señor Mendoza no
La.emovion en el médico era evidente, seguía moviendo el aparato de un lado a otro, moviendo botones y tomando fotos. — Escuchen... ¡Ese es el latido de sus corazones! Emma no lo podía creer, estaba esperando dos bebés, la futura madre estaba tan impresionada que apenas podía hablar. — ¡Dios mío... Son dos! ¿Escuchaste Rafael? ¡Son dos los hijos que vamos a tener! ¿No es eso increíble? — ¡Por supuesto que si... es increíble, cariño... Yo... Estoy impresionado! Jamás imaginé que... Un golpe seco se escuchó en el piso, el imponente hombre se acababa de desmayar, ese aterrador CEO que no le temía a nada en la vida, no soportó enterarse de que sería padre de gemelos. — ¡Rafael... Rafael...! ¿Qué te pasó? ¿Estás bien? — Señorita De León, el CEO se desmayó, lo atenderemos de inmediato. ¡Enfermeros, levanten al CEO Mendoza y acuéstenlo en esa camilla, apresurense! — ¡Voy a bajarme, tengo que ver cómo está él! — Los bebés están perfectos, el embarazo va viento en pop
Donovan Montana ya quería poder formar una familia y tener a sus herederos con la mujer que amaba. No era un hombre de perder tiempo, pero la joven Ivanov no era nada facil de conquistar, mucho menos por qué no era como la dulce Kei, Serena tenía el carácter malhumorado de su padre, era exigente, independiente. Y además estaba enfocada en su carrera. — ¿Tú crees que estoy pintado? Todavía no cantes victoria, los besos que nos hemos dado han sido apasionados, ella siente algo por mi aunque no lo haya querido aceptar todavía. — ¡¿Lombardi, te has atrevido a besar a mi hermana?! ¿Qué tipo de amigo le hace eso a un mejor amigo? ¡Te voy a patear el culo apenas te vea! — Déjame hacerlo a mi, Alexander, este idiota no va a andar por ahí diciendo a los cuatro vientos que besó a mi futura esposa. Le voy a romper la cara para que así esa sonrisa de seductor que se carga, se le borre de una vez por todas. — Cuando quieras Montana, no te tengo miedo, no me vas a asustar, y no me voy a
El CEO no vió venir esa respuesta, nunca pensó en sus cuñados para que fueran los padrinos de sus hijos. — Querida, ellos dos ya son sus tíos, de preferencia deben ser dos personas cercanas que sepas que van a estar en la vida de nuestros hijos para apoyarlos y guiarlos en nuestra ausencia. — Oh... Entonces... Doménico y Dominic Lombardi, ellos son mis amigos. los aprecio mucho, se que serían muy buenos padrinos. — No, ellos no, me agradan pero no tanto. — Rafael no iba a decirle que su amigo había estado enamorado de ella. — Me agrada Alexander Ivanov y Rober Rossi. Ellos son los CEOS más cercanos a mi, en los que más confío. — ¿Quieres decir que no confías en los demás CEOS, los Montana, los Valentain, los De Luca, los Lombardi? — No dije eso, solo dije que Alexander y Roby son más cercanos a mí, porque no hacemos algo, yo elijo a los padrinos y tú eliges a las madrinas. — Eso me parece... Genial, así será todo de manera justa. El CEO acariciaba el vientre de su m
Emma bajó en ropa deportiva y tenis, se ató el cabello en una coleta, su maquillaje era natural, se veía muy linda. El CEO solo la miró y le extendió la mano y cuando ella se la dió él la besó. — vamos cariño, salgamos de aquí. — ¿Tú vas a conducir? — Por supuesto, dije que yo te llevaría a recorrer la ciudad. La pelirroja sonrió y se le pegó tomándolo del brazo, Rafael sintió su calidez y le dió un beso en la coronilla. El coche de lujo recorría la ciudad, las enguantadas manos de Rafael tomaban con seguridad el volante. Emma amaba verlo tan concentrado, ese hombre era tan atractivo, misterioso, elegante. No podía evitar amarlo aunque lo deseara. — ¿Puedo obsequiarte una foto mía para que la veas todo el tiempo. — Interrumpió el CEO, sorprendiendo a la pelirroja. — No seas engreído, solo estaba viendo tu lado de la calle. — Emma se alejó y se recargó en la puerta. — Ven aquí, ¿Por qué te quitaste? — Aquí estoy bien. — Emma no era sencilla de lidiar. Rafae
La bella Kei estaba saliendo de la escuela. Maurice la alcanzó para saludarla, ellos caminaban por el camino que llevaba hacia la salida del campus. Cuando de pronto vieron a un entrajado hombre recargado en su auto de lujo. Hola princesa, supuse que estarías por salir de clases, vamos, te invito a comer a tu restaurante favorito. — Dominic, ¿Qué haces aquí? Papá me ha pedido que no te vea más hasta que tú padre le dé una respuesta a su propuesta, lo siento pero no voy a llevarle la contraria a mi padre. Después de la enorme regañada que nos puso a mi y a Serena, no quiero hacerlo enfadar. — ¿Y quién le va a decir? ¿Tú? — Si te llevas a Kei, yo mismo iré a contarle al señor Ivanov que viniste a sonsacarla. — Advirtió Maurice. — Hazlo y te rompo tu madre, además, ¿Tú por qué te le estás acercando a Kei? Se supone que todos lo tenemos prohibido. — Yo no tengo prohibido nada. El señor Sergey a mi no me dijo que no podía seguir siendo amigo de su hija. Dominic lo pens
La mirada azul de Alexander, penetrante e intimidante estaba fija sobre el tipejo ese que estaba lastimando a la bella chica de ojos marrones claros. La joven tenía lágrimas en su blanco rostro, se podía notar por la expresión de su mirada que estaba asustada. — Tú no tienes por qué meterte, esta chica está saliendo conmigo. Solamente estamos teniendo una discusión. — No, no es verdad, no salgo con él, me invitó a comer y yo acepté por qué no sabía la clase de tipo que era, me quiere obligar a que sea su novia, ayudame por favor Alexander. Obviamente que la linda señorita Lombardi, conocía al gemelo Ivanov aunque hacia tiempo que no lo veía. — No te preocupes Isadora, déjamelo a mí, yo lo voy a solucionar, todo va a estar bien. — El CEO ruso sacó su celular e hico una llamada a los gemelos Lombardi. — ¿Qué sucede Alexander? — Me acabo de encontrar con un tipejo que está maltratando a su hermana Isadora, aunque no los necesito para partirle la cara, estoy tan furios