Un demonio Ivanov y un ángel.
Isadora logró zafarse de los brazos del entrajado y apuesto Alexander, comenzó a recorrer la villa, parecía interminable, mediante avanzaba hacía apuntes, algunos dibujos, y no dejaba de repasar cada pared, cada espacio.
Al cabo de una hora y media Alexander no lo soportó más, su novia lo había olvidado por completo y solo estaba concentrada en su trabajo, y está era una cita – trabajo, así que era hora de regresar a la cita.
Un personal que había contratado, llegó a poner una linda mesa con flores en el centro, traían con ellos deliciosos platillos que estaban sirviendo mientras que el CEO subía por su novia que se encontraba en una de las habitaciones.
— Nena, ya es hora del almuerzo, bajemos a comer.
— Abajo no hay nada, además no he terminado aquí. — Isadora respondió pero no volteó a mirarlo, eso para el atractivo CEO, ya era demasiado.
— Vamos, ven conmigo, el hombre la tomó del brazo y de la cintura, Isadora se quedó a medias dibujando algo.
— ¡Alexander, estoy