No te enamores de Emma.
La rubia no tuvo reparos en llevarse a la nueva asistente de su prometido pese a que Rogelio quiso interceder por la chica pelirroja.
La petulante mujer llegó a la exclusiva tienda de novias, Emma la seguía cargando las bolsas de compras.
— Señorita Montez, que placer tenerla por aquí, ¿En qué podemos ayudarle? — La supervisora se encargaba de recibir a la millonaria clienta.
— Quiero ver vestidos para damas, además quiero probarme un vestido blanco para la recepción. Algo que sea moderno e impactante. Asistente pide que me traigan campaña. — La mujer le ordenaba de forma despectiva las cosas a la pelirroja.
— Enseguida la pido. — La pelirroja no podía creer que tuviera que hacer ese trabajo tan denigrante, ser la suela que esa engreída pisara. — Te juro Elena que si no fuera por ti y tú pequeña ya habría mandado todo al diablo. — Se decía la asistente
Esa mañana hasta la tarde fué explotada al máximo, cargo docenas de bolsas y tuvo que soportar a la indeseable mujer que