La prometida del CEO Mendoza.
Las palabras de asistente quedaron en el aire, por supuesto que el CEO no iba a despedirlo, Rogelio era excelente en su trabajo, además se apoyaba en el para atender a los socios en juntas tediosas que prefería evitar.
— ¿De dónde sacas esa pregunta? Envíame la información del último trimestre general de las empresas Mendoza. — El asistente siguió de pié esperando una respuesta más concreta. — Ahhh... ¿Acaso te he dicho que voy a despedirte?
— No, no me lo ha dicho, pero disculpe, llego a trabajar y hay una bella jovén diciendo que es su asistente personal, eso me hace pensar que... Ya no quiere que trabaje con usted.
— ¿Acaso no puedo tener dos asistentes? — Rafael enarcó una ceja, él no permitía que lo cuestionaran en ninguna de sus decisiones.
— Por supuesto que sí, CEO Mendoza, entonces le enviaré la información. — El hombre de gafas no quiso preguntar más y provocar el enfado de su jefe. Si lo hacía después lo haría trabaje horas extras.
Emma regreso con el café e