Llegando a un lugar seguro.
El astuto Ricardo no perdió tiempo y enseguida tomó un taxi para llegar lo antes posible al aeropuerto, ni siquiera llevaba equipaje, solamente su cartera con dinero, y tarjetas de banco, después enviaría por sus pertenencias, eso era lo que menos le importaba.
El trotamundos llegaba al enorme aeropuerto buscando con avidez a la bella pelirroja, ella no le dijo que aceptaba que la acompañara, Emma no tenía intenciones de nada con él.
Entonces la vió ella estaba en la fila comprando un boleto para Minnesota, había hecho una llamada que no pensó que haría, o al menos no tan pronto.
— ¡Aquí estás, Emma... Ah, pensé que no te alcanzaría, he corrido por todo el aeropuerto! — El apuesto Ricardo se ponía las manos en las piernas para intentar alcanzar el aire y llevarlo a sus pulmones.
— Ricardo, ¿Qué haces aquí?
— Después de todo lo que está pasando en la compañía, yo ya no tengo nada que hacer aquí, comenzaré de nuevo y de cero, por favor déjame ir contigo, podemos ser amigos