Haciendo el amor.
Se trataba de un tigre atrapando a su presa, el CEO deseaba con locura a esa mujercita que lo había tenido sin dormir por días a causa de su ausencia.
El hombre aprisionó en un beso apasionado los dulces labios de la pelirroja, ella quería resistirse, en verdad lo quería, pero su cuerpo reaccionaba a la cercanía y al toque de ese atractivo hombre, Rafael era como un dios viviente, tan perfecto como dominante.
— Déjate llevar, estás a salvo conmigo...
— No, el bebé...
— No te voy a lastimar, seré gentil...
Rafael besaba cada parte del divino cuerpo de su mujer, escucharla gemir lo satisfacía, ella era suya, lo seguía siendo aunque estuviera molesta con él.
— Rafael...
El CEO se enterró en la calida intimidad de Emma, él jadeó dejando escapar un gutural gruñido, si ella se pudiera imaginar lo que significaba para él estar dentro de su suave coño.
Con la espalda en las baldosas y sostenida en el fuerte cuerpo de ese hombre que la volvía loca y le robaba la cordura si