Guerra de padres.
El CEO Lombardi estaba muy enfadado, le habían ocultado la relación de su princesa con el demonio mayor de los Ivanov. Ni siquiera se podía imaginar esa pareja.
— ¡Tú no vas a asesinar a mi hijo solo porque está de novio con tu hija, Donovan, Alexander es un CEO exitoso, una gran fortuna, está criado con los mejores valores! ¿Qué pero le pones a mi trillizo? ¡Eres demasiado exigente, pero ni siquiera un príncipe del medio oriente es mejor partido que mis hijos!
— Me importa un rábano que tengan todo el dinero del mundo, ¿Pareciera que estás ciego, Sergey? ¡Mi Isadora es adorable, es dulce y linda, no puedes esperar que se empareje con... un diablo como lo es tu trillizo, carajo!
Los dos poderosos CEOS parecían despedir chispas de sus azules ojos. Ninguno estaba dispuesto a ceder. Solo que uno de ellos estaba en desventaja porque le habían dejado en cinta a la hija.
Los gemelos Lombardi se medían con miradas con los trillizos. Cada quien defendía su posición.
— !No vamo