El baile del amor.
Kei se puso roja por las palabras subidas de tono que su esposo le susurró al oído.
— Dominic, No pienses que porque estamos casados puedes hacer conmigo lo que quieras. Es mejor que te vayas controlando un poco.
— Tranquila querida, te aseguro que te va a gustar, lo que es más, te va a gustar tanto que vas a gritar de placer.
— Basta... Están nuestros padres aquí, De verdad que eres un demonio como todos dicen, y hasta ahora me muestras tu verdadera cara, ¿Eh? Debí escucharlos a ellos y no a ti.
— No hagas caso de exageraciones. Soy un demonio si, es verdad, pero soy tu demonio. Debes amarme así tal cual.
— ¿Quién me obliga?
— El acta de matrimonio que acabas de firmar, pequeña Kei, ya no puedes echarte para atrás. Además en la familia Lombardi no se aceptan devoluciones, no me van a aceptar de regreso, así que no intentes devolverme.
— Ahhh... ¿En donde me he metido?
(...)
El CEO Montana permanecía cerca de la bella Serena. Ellos seguían conversando de lo