Capítulo 94. Encantada con el delicioso.
Narra Irina
Comencé a gemir como posesa al sentir ese rico orgasmo, y mi amado no dejaba de acariciarme, provocando que mis fluidos salieran en gran cantidad, puesto que sentía cómo su mano los repartía por todo mi sexo, mojándome por completo, mientras yo trataba de liberar mis brazos para poder tocar su miembro; pero él no me dejaba, sino que seguía jugando conmigo. Comenzó a dar suaves palmadas sobre mi clítoris inflamado; los chasquidos se escuchaban muy fuerte debido a mi humedad. Sentía riquísimo cómo él me golpeaba mi sexo, fue entonces cuando se agachó más y metió su gran erección de golpe en mí. Sentí cómo su glande se abrió paso fácilmente hasta llegar al fondo; en ese instante paré más mis caderas para sentir más directas cada una de sus embestidas.
Él me empujaba fuertemente contra el cristal, clavando su masculinidad hasta el fondo de mi ser. Casi no sacaba nada de él, era más lo que entraba que lo que dejaba salir, y sentía que me llenaba de su gran erección. Ambas manos