CAPÍTULO 37. La infidelidad se sirve primero.
Narrador
A Irina le sorprendió la llegada de varias personas a su casa. Eso la hizo pensar que el almuerzo no parecía ser únicamente con su familia, sino que entre ellos estaban incluidas la familia de Miguel y varios amigos de él, los cuales eran conocidos de Irina, pero con los que no tenía la suficiente confianza como para invitarlos a una reunión donde se hablaría de algo tan íntimo como el divorcio de ambos.
En cuanto vio a Clarisa llegar junto a sus padres y hermanas, quiso sacarla de su casa, pero se controló, porque pensó que eso sería como hacer enfadar a Miguel, y lo prefería tranquilo, justo como estaba, porque si lo enfurecía temía que cambiara de opinión sobre darle su libertad.
Todos se acomodaron en la mesa, y ella miraba cómo estaba rodeada de personas que no había visto en mucho tiempo.
—Miguel, supe que tu hacienda fue una de las elegidas por el grupo Millán para beneficiarte con el riego moderno, ya que tus tierras no cuentan con su propia agua —rompió el silencio e