Capítulo 63. Sonrisa en la penumbra

Mía Soler

Me desperté con los ojos grandotes, porque tuve un sueño de esos que parecen de película. Yo estaba en un castillo de princesa, con un vestido lleno de brillitos y mi mamá estaba preciosa, y Max estaba de traje y me daba la mano para caminar entre flores. ¡Hasta había ponis con moños rosas!

Le pediría a Max que en la boda hubiese ponis blancos con moños rosas, se ve muy tierno.

Cuando abrí los ojitos, miré al techo y sonreí. Hoy iba a ser un día feliz, yo lo sabía. Lo sentía en mi pancita, que me hacía cosquillas de emoción.

Salté de la cama, bueno, más bien rodé primero y luego salté y corrí a buscar a mi mami. Siempre estaba en su cama cuando yo despertaba. Pero hoy no estaba. La sábana estaba dobladita, como cuando una muñeca ya no está en la caja.

—¿Mami? —dije en voz bajita, caminando al baño, pero no la encontré y nadie me contestó.

Me regresé a mi habitación, me puse mis pantuflas de osito y salí al pasillo. El piso estaba un poquito frío, pero no me importó. Quería e
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