Capítulo 189. El infierno cambia de dueña.
Luciana Velasco
El sonido metálico de la reja al abrirse no me sobresaltó.
A estas alturas, ya podía distinguir cada ruido de este lugar como si fuera partitura.
El arrastre de botas, el chirrido oxidado, los murmullos de presas sin clase y sin futuro.
Yo, en cambio, no era como ellas.
Estaba reclinada en mi litera, la mejor del pabellón, porque todo aquí tenía precio con una mascarilla hidratante en el rostro y el cabello recogido con una coleta impecable. No iba a permitir que este lugar me quitara mi belleza. Mi imagen. Mi poder.
—Velasco —llamó una voz firme.
No levanté la vista. Dejé que el silencio hablara primero, como siempre hacía cuando quería que otros recordaran su posición debajo de la mía.
—¿Qué necesitan? —respondí finalmente, sin prisa, quitándome con elegancia la mascarilla.
Tres guardias estaban frente a mi celda. No las de siempre. Estas venían con actitud de autoridad… demasiado serias para mi gusto.
La que iba al frente era nueva. No la había sobornado todavía.
—P