Capítulo 167. La segunda jugada.
Luciana Velasco
El televisor del área común chispeaba con ese zumbido molesto de las pantallas viejas, pero era el único sonido que me mantenía cuerda o, al menos, lo suficiente como para no clavarle el tenedor en el cuello a la mujer que masticaba chicle a mi lado.
La hora del almuerzo en la cárcel siempre olía igual: a sopa aguada, a desinfectante barato y a derrota. Sin embargo, ese mediodía olía distinto.
A algo que no lograba nombrar. Hasta que vi el noticiero.
El rostro de Amy Espinoza apareció en la pantalla, con esa sonrisa imbécil de “todo está bien” que usaba cuando en realidad estaba a punto de quebrarse.
El titular decía:
“Escándalo apagado. Amy Espinoza y Maximiliano Delacroix, más unidos que nunca.”
Tragué saliva. Sentí cómo el odio me subía desde el estómago hasta la garganta. La reportera hablaba con ese tono suave que se usa para los finales felices.
“Luego de la polémica imagen que recorrió las redes, la cantante y el empresario han sido vistos juntos esta mañana. Se