Capítulo 162. La nota de su ruina.
Luciana Velasco
El papel huele distinto cuando lo imprime la venganza.
Tiene un aroma seco, metálico… como a tinta mezclada con sangre vieja.
La carpeta estaba sobre mi cama. Gris, gastada, con las esquinas dobladas por la humedad de esta maldita celda.
La abrí despacio, disfrutando del sonido del cartón al rozarse. Dentro, estaban las fotografías.
Amy Espinoza y Maximiliano Delacroix, en cada ángulo posible: saliendo del teatro, riendo con su hija, cenando en un restaurante elegante.
Incluso una, tomada desde la distancia, donde él le besaba la frente mientras ella sostenía una rosa.
¡Qué imagen tan dulce! Tan hipócrita.
Sonreí.
No con alegría, sino con esa clase de satisfacción que solo siente quien empieza a ver encajar las piezas.
El guardia que las consiguió ya había recibido su pago. La lealtad es tan barata en este lugar que uno casi se siente culpable de no pagar más.
Me recosté contra la pared, sosteniendo una de las fotos entre los dedos.
Amy lucía impecable. Feliz. Triunfan