Capítulo 161. Sombras tras el escenario
Amy Espinoza
Una semana después de aquella mañana perfecta, donde le dimos la noticia a Mía de la llegada de su hermanito, la vida se volvió un torbellino de canciones, entrevistas y luces.
La noticia de mi embarazo se mantenía en secreto entre nosotros, pero era como si cada melodía lo supiera. Con cada día que pasaba, sentía que cantaba distinto, con más corazón, más despacio, más profundo. Con esa mezcla de miedo y felicidad que da saber que dentro de ti late un comienzo.
El Teatro Wiltern estaba lleno esa noche. Desde el camerino escuchaba el rumor del público, esa vibración única que se siente justo antes de salir a escena.
El sonido de los instrumentos, el murmullo de las voces, los pasos de los técnicos… todo era parte del mismo pulso.
El corazón del público y el mío latiendo al mismo ritmo.
Maximiliano había estado conmigo todo el día, más pendiente que nunca. Era el tipo de hombre que podía dirigir una corporación multimillonaria y, sin embargo, no descansar hasta asegurarse