Capítulo 12: Un trato peligroso
Gabriel se ajustó el reloj en la muñeca mientras observaba a Isabela desde la puerta. Estaba sentada en el sofá, con los brazos cruzados, pero su mirada desafiante lo decía todo.
Él sonrió con arrogancia.
-Hoy tengo una reunión importante -dijo con voz firme-. No quiero ningún problema cuando vuelva.
Isabela no respondió, solo lo miró con el ceño fruncido.
Gabriel se acercó lentamente, inclinándose hacia ella hasta que sus rostros quedaron a pocos centímetros de distancia.
-Y recuerda, Bella... -murmuró, deslizando un dedo por su mandíbula-. No intentes escapar.
Los ojos de Isabela brillaron con furia, pero él continuó:
-Tarde o temprano, te encontraré.
Su tono no era una amenaza vacía. Era una promesa.
Sin esperar respuesta, Gabriel se incorporó y salió de la mansión.
La puerta se cerró con un eco pesado, dejándola sola con su respiración entrecortada.
No tenía escapatoria.
O al menos, eso era lo que él creía.
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Horas después, cuando la casa estaba e