Capítulo 87 – Redescubriendo el amor
La noche en la mansión estaba tranquila. El sonido de la lluvia golpeando suavemente las ventanas y el crujir de la madera bajo el peso de la noche creaban una atmósfera que, en otro tiempo, habría sido inquietante. Pero no en ese momento. Isabela estaba en su habitación, su mirada fija en la cuna donde Alejandro dormía plácidamente. Había vivido tantas tragedias, tantos momentos de incertidumbre, que la quietud de esa noche le parecía casi irreal. El miedo de haber perdido a Gabriel, de perder a su familia, seguía rondando su mente.
Después de todo lo que había sucedido, después de las traiciones y las amenazas, había llegado a pensar que quizás nunca encontrarían la paz. Pero Gabriel, aunque marcado por su pasado, había sido el ancla que la mantenía firme. Y ahora, frente a ella, la imagen de su hijo dormido, la paz que lo rodeaba, le dio fuerzas.
Gabriel había estado tan distante en los últimos días, su mente atrapada en las secuelas de la venga